El pasado mes de Febrero, tras recibir de primera mano la noticia del cierre de una de las escuelas infantiles que la Obra Social de la BBK tiene en Barakaldo, desde la Asociación de Familias de Cruces nos pusimos manos a la obra para intentar corregir la decisión.
Contactamos tanto con la Obra Social así como con todos los grupos políticos del municipio, con el fin de comentar la situación y encontrar una solución que atendiera las necesidades reales del barrio de Gurutzeta. Aunque la BBK es libre de decidir el destino de los fondos de su obra social, desde la Asociación de Familias de Cruces no acabamos de comprender como una entidad “comprometida con la conciliación laboral y familiar de familias con hijos pequeños” haya disminuido su oferta de plazas en las escuelas infantiles desde las 1.341 en el año 2000, hasta las 634 que tienen previsto ofertar el curso 2015/2016.
Es cierto que durante los últimos tiempos muchas poblaciones han ido cubriendo la demanda de escuelas infantiles con cargo al erario público, recurriendo tanto a inversiones municipales como a nivel de Gobierno Vasco, tal y como es el caso del programa Haurreskolak, iniciativa que, por cierto, el PSOE de Barakaldo no ha aprovechado aún con las enormes carencias que el municipio tiene en cuanto a atención infantil.
Pero una entidad como la Obra Social de la BBK, que se define como “tractora del desarrollo comunitario a través de una obra social relevante” debe ser consciente del ámbito local en el que despliega su actividad. Y en este sentido Gurutzeta, con más de 13.000 habitantes censados, es uno de los barrios vizcaínos con más déficit de plazas de guardería, considerando tanto las públicas como la oferta privada. De hecho, en el barrio tan sólo hay una guardería privada, y la única escuela pública cercana, que oferta 8 plazas nuevas al año, se sitúa en el colindante barrio de Llano.
Sin haber recibido respuesta alguna de BBK, durante Marzo fuimos recibidos por la práctica totalidad de los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento. Más allá del caso concreto del barrio de Gurutzeta, quisimos trasladar la importancia de un problema que consideramos estructural en el municipio de Barakaldo. Según datos de Eustat, en 2013 la población infantil entre 0 y 4 años superaba los 4.000 niños; ese mismo año, el ratio de unidades de educación infantil de 0 a 2 años por cada 100 habitantes fue de 2,96, mientras que en Bizkaia la cifra se sitúa en 3,73, y en Euskadi en 4,08.
Con la ronda de reuniones conseguimos que, al menos, BBK reconsiderara su decisión temporalmente y ampliara el plazo de inscripción en la Escuela Infantil de Gurutzeta a fin de palpar la demanda real de plazas. Precisamente en torno a la demanda se da una paradoja que apunta directamente a la raíz del problema y a la necesidad que debe atender la administración pública. Para una familia con unos ingresos medios, pongamos en torno a 20.000 euros anuales, el coste de una guardería pública, privada o “semi-privada” como puede ser la de la BBK, ronda los 200 euros mensuales. No hay distinción entre unas y otras, es decir, para un amplio segmento de población la administración no ofrece incentivo alguno para acceder a una plaza en una escuela infantil pública. ¿Cómo se puede promocionar la conciliación en estas condiciones? Aunque la demanda real exista, esto es, población infantil, las familias optarán por cubrir esta necesidad recurriendo a uno de los miembros de la pareja o a la red familiar: aunque la necesidad existe potencialmente, la demanda real cae, pues las familias de ingresos medios optan por no soportar el gasto que, repetimos, en la práctica es el mismo sea guardería pública o privada. Este análisis de la situación, simple pero bastante clarificador, no ha sido realizado por ninguno de los partidos políticos con los que tuvimos oportunidad de reunirnos.
A falta de comprobar la demanda real de plazas, conseguimos que se llevara al pleno un a iniciativa para exigir a la BBK que mantuviera abierta la Escuela Infantil. Cual ha sido nuestra sorpresa cuando el propio PSE, que públicamente amenazó con cerrar las cuentas que el ayuntamiento tiene en la entidad bancaria, y que ha recogido firmas para evitar el cierre, retiró la iniciativa impidiendo su votación. ¿El motivo? El PNV intentó colar a última hora una modificación para que el ayuntamiento apoyara el programa Haurreskolak. En definitiva, una práctica política más que mediocre, ya sea por no hacer, por no dejar hacer, o por no entenderse. Aunque todos los discursos abogan por priorizar la infancia, la educación y la conciliación, a la hora de la verdad los partidos políticos se enzarzan en sus luchas de poder perjudicando el interés general de la población.
El futuro son los más pequeños, y más en tiempos de escasez es importante tener más claro que nunca cuáles son nuestras prioridades. Barakaldo envejece, pero su población infantil esta en crecimiento. Es necesario que la administración provea de las infraestructuras y servicios básicos para el cuidado y educación de nuestros hijos. La demanda potencial existe, ahí están los datos, pero han de ofrecerse unos precios públicos que favorezcan el afloramiento real de esa demanda.
Esperemos que la Escuela Infantil de Cruces, con más de 40 años de actividad a sus espaldas, siga en funcionamiento para ofrecer al barrio, a Barakaldo y a toda su población un servicio básico e imprescindible para un futuro próspero del municipio; ¿estará a la altura la clase dirigente?
ASOCIACIÓN DE FAMILIAS DE CRUCES 